lunes, 28 de febrero de 2011

QUINARIO Y CULTOS SOLEMNES


El próximo lunes 7 de Marzo darán comienzo los Cultos Solemnes que nuestra Hermandad consagra a sus Sagrados Titulares con motivo de la celebración de la Cuaresma, y que prepararán a nuestros hermanos de cara a la próxima celebración de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
El Quinario y Cultos Solemnes estará presidido y predicado por el Rvdo. Sr. Don Juan Carlos de la Rosa Egea, Pbro. y se desarrollará durante toda la semana para culminar el sábado 12 de Marzo con la Función Principal de Instituto de la Hermandad.

domingo, 13 de febrero de 2011

Y María viste de Hebrea...


A la par que disfrutamos de la imagen inédita del Santísimo Cristo Amarrado a la Columna vestido con túnica blanca, podemos contemplar bellísima a María Santísima de la Cruz vistiendo de Hebrea con motivo de la cercanía de la Cuaresma, que está ya a la vuelta de la esquina.

La Santísima Virgen, ataviada con el clásico atuendo hebreo, luce este año por vez primera diadema sobre sus sienes, sustituyendo a la clásica aureola de doce estrellas que normalmente se usa para esta vestimenta.

Presenta un aspecto maravilloso, anunciando desde su camarín que la gloria de una nueva cuaresma está próxima...

miércoles, 9 de febrero de 2011

Cristo viste de Blanco


En estos días quién se acerque a la Parroquia de Santa María de la Asunción podrá contemplar una imagen poco habitual, y es que el Santísimo Cristo Amarrado a la Columna, Sagrado Titular de nuestra Hermandad, luce una nueva túnica de color crema, una imagen poco habitual que merece la pena contemplar ya que realza la belleza de esta imponente talla de Antonio Castillo Lastrucci. Cabe destacar que el Señor se encuentra maniatado pero sin la columna a la que normalmente se encuentra Amarrado.

La túnica ha sido confeccionada en el taller de bordados "Nuestra Señora de Guaditoca" por nuestro hermano Miguel Ángel León Morán.

Os dejamos una imagen tomada por Manuel Rincón Martín para disfrute y deleite de todos nuestros hermanos y visitantes.

martes, 1 de febrero de 2011

PRESENTACIÓN DEL SEÑOR


Es una fiesta antiquísima de origen oriental. La Iglesia de Jerusalén la celebraba ya en el siglo IV. Se celebraba allí a los cuarenta días de la fiesta de la epifanía, el 14 de febrero. La peregrina Eteria, que cuenta esto en su famoso diario, añade el interesante comentario de que se "celebraba con el mayor gozo, como si fuera la pascua misma"'. Desde Jerusalén, la fiesta se propagó a otras iglesias de Oriente y de Occidente. En el siglo VII, si no antes, había sido introducida en Roma. Se asoció con esta fiesta una procesión de las candelas. La Iglesia romana celebraba la fiesta cuarenta días después de navidad.

Entre las iglesias orientales se conocía esta fiesta como "La fiesta del Encuentro" (en griego, Hypapante), nombre muy significativo y expresivo, que destaca un aspecto fundamental de la fiesta: el encuentro del Ungido de Dios con su pueblo. San Lucas narra el hecho en el capítulo 2 de su evangelio. Obedeciendo a la ley mosaica, los padres de Jesús llevaron a su hijo al templo cuarenta días después de su nacimiento para presentarlo al Señor y hacer una ofrenda por él 1.
Esta fiesta comenzó a ser conocida en Occidente, desde el siglo X, con el nombre de Purificación de la bienaventurada virgen María. Fue incluida entre las fiestas de Nuestra Señora. Pero esto no era del todo correcto, ya que la Iglesia celebra en este día, esencialmente, un misterio de nuestro Señor. En el calendario romano, revisado en 1969, se cambió el nombre por el de "La Presentación del Señor". Esta es una indicación más verdadera de la naturaleza y del objeto de la fiesta. Sin embargo, ello no quiere decir que infravaloremos el papel importantísimo de María en los acontecimientos que celebramos. Los misterios de Cristo y de su madre están estrechamente ligados, de manera que nos encontramos aquí con una especie de celebración dual, una fiesta de Cristo y de María.

La bendición de las candelas antes de la misa y la procesión con las velas encendidas son rasgos chocantes de la celebración actual. El misal romano ha mantenido estas costumbres, ofreciendo dos formas alternativas de procesión. Es adecuado que, en este día, al escuchar el cántico de Simeón en el evangelio (Lc 2,22-40), aclamemos a Cristo como "luz para iluminar a las naciones y para dar gloria a tu pueblo, Israel".